En varias ocasiones, el reconocido Warren Buffett ha considerado a los derivados como una amenaza para el sistema financiero y la economía global. Los derivados son instrumentos financieros altamente peligrosos, con riesgos latentes pero potencialmente letales. Pueden ser una bomba de relojería tanto para las partes que negocian con ellos como para el sistema económico.
A pesar de los riesgos, los derivados se han convertido en uno de los instrumentos más importantes del comercio y las finanzas a nivel mundial. Su uso continúa creciendo y han experimentado una gran innovación. Podemos encontrar una gran variedad de derivados para alcanzar prácticamente cualquier objetivo que deseemos.
Para comprender mejor los derivados, es importante entender qué son y para qué se utilizan. También es relevante conocer su historia y los desastres que han provocado. Los derivados son acuerdos financieros o contratos que toman su valor de un activo subyacente, como acciones, bonos, divisas, materias primas, entre otros.
Estos contratos tienen características fundamentales. Su valor depende totalmente del activo subyacente. El vendedor del contrato no necesita poseer el activo. Son contratos a plazo, en los cuales se fijan todos los detalles en el momento del acuerdo y el intercambio se realiza en el futuro. Además, suelen ser productos con un alto efecto apalancamiento, lo que implica una inversión inicial reducida en comparación con la exposición obtenida.
Los derivados son utilizados tanto para especular como para cubrir carteras e inversiones en momentos de incertidumbre. También se emplean para reducir el riesgo en la actividad empresarial. Por ejemplo, las aerolíneas utilizan derivados para cubrirse ante posibles aumentos en el precio del queroseno y así evitar vender boletos de avión a pérdidas.
A pesar de su importancia y utilización en distintas áreas, los derivados pueden convertirse en armas de destrucción masiva, tal como advierte Warren Buffett. Su alta capacidad de apalancamiento y su complejidad pueden llevar a crisis financieras y colapsos empresariales. Ejemplos de esto son el caso del banco Barings y la burbuja de los tulipanes en el siglo XVII.
En resumen, los derivados son instrumentos financieros fundamentales en el comercio y las finanzas globales. Su historia se remonta a siglos atrás y su uso ha evolucionado constantemente. A pesar de su utilidad, es importante tener en cuenta los riesgos que conllevan y los desastres que pueden provocar.